jueves, 17 de abril de 2008

¿Por qué no debe asistir a circos con animales?


¿Sabe usted que para que los animales aprendan esos trucos que deleitan al público en los circos son golpeados, sufren hambre, sed y todo tipo de maltratos? Cada vez que alguien compra una entrada a un circo que usa animales está contribuyendo a este cruel negocio y nadie está conciente de eso. Sepa por qué no debe ir a un circo con seres vivos como atracción principal y ayude a terminar con esta terrible realidad.


Detrás de ese acto sorprendente donde un elefante se para en dos patas hay días enteros de sufrimiento del animal el cual es sometido a golpes y otro tipo de actos crueles para obligarlo a que "aprenda acrobacias". Aunque muchos no lo sepan, en los circos los animales son forzados a realizar un sin fin de actividades que no son comunes en su vida natural. Pretender que un circo con animales es educativo, si tomamos en cuenta las condiciones en las que los animales deben vivir, educa incorrectamente a los niños con la idea de que los animales son objetos de diversión. No debemos permitir eso.


Los animales de circo con generalmente leones, tigres, panteras, pumas, osos, lobos, elefantes asiáticos y africanos, rinocerontes, hipopótamos, cebras, chimpancés, leones marinos, pingüinos, loros, cocodrilos, pitones, caballos, mulas, avestruces, dromedarios, lamas, cabras, perros, gatos, cerdos, conejos y palomas, entre otros. Todo un variopinto de especies. La mayoría de estos animales son directamente capturados de su hábitat natural (muchas veces para capturar una cría los cazadores matan a las madres que se aferran a sus hijos con la finalidad de salvarlos), o se venden entre zoológicos y circos para sacarles mayor provecho económico.


Los animales obligados a trabajar en los circos ambulantes son los más afectados. Desplazados constantemente de un lado a otro, de un país a otro, los cambios de temperatura y clima son, en muchas ocasiones, dañinos para su salud. Muchas veces, además, se les priva del cobijo necesario para cubrirse del sol, la lluvia, el frío o el calor. El medio de transporte mayormente utilizado por los circos son los camiones jaula: estrechos vehículos que no son no más que simples jaulas de barrotes de hierro, de pocos o insuficientes metros cuadrados, incapaces de brindar un mínimo de confort en donde los animales están condenados a vivir hasta el fin sus días.

Cuando los circos no se desplazan, los animales permanecen durante horas, días, semanas e incluso meses encadenados o enjaulados sin poder apenas moverse. En algunos circos, durante este tiempo de "descanso", los animales deben aprender nuevos números o ejercicios. Presos en instalaciones que dejan mucho que desear, en donde la falta de higiene es terrible, privados de alimentos o de agua si el animal "no quiere aprender" y es que a juicio de los domadores, entrenadores o quienes se encarguen de ellos, es normal que los animales presenten síntomas de estrés, aburrimiento y frustración, provocados por las innumerables horas de aislamiento y soledad en deplorables instalaciones. Así, han ocurrido casos de automutilación de los dedos de manos en los monos, golpes constantes de cabeza, o movimientos como el balanceo de un lado al otro que hacen los elefantes.


El entrenamiento de los animales de circo se hace mediante el castigo psicológico (angustia) y el castigo físico contra el animal, el que es forzado y obligado a adoptar comportamientos anormales y artificiales.


Los entrenamientos son más violentos, cuanto más peligrosos sean los animales, pues hay que conseguir el absoluto dominio del animal. Los domadores están raramente calificados, tienen muy poca paciencia y les faltan conocimientos etológicos de los animales a su cargo. Cuando un grito o un gesto no son suficientes, los animales son golpeados con barras de hierro, látigos, pinchos y descargas eléctricas para manejar y hacer que obedezcan. Cuando el domador o entrenador no obtiene los resultados deseados, entonces al animal se le priva de alimentos. De este modo, el animal asocia el "premio" de la comida a la respuesta que debe dar al entrenador. Por ejemplo, para conseguir que un animal levante las patas, el domador le pone una base electrificada, y cada vez que da la orden, envía una descarga eléctrica. Después de los primeros intentos, el animal relacionará el dolor con ciertas palabras o gestos y tendrá la misma reacción: levantar las patas, aunque no se dé la descarga eléctrica.


Esta estrategia la utilizan los domadores también durante el espectáculo: a los animales se les da comida al final de cada ejercicio y delante del público, para que éste interprete, o piense, que así es como el animal ha sido entrenado. Pero la realidad, en la mayoría de los casos, resulta ser todo lo contrario: "la simple visión de un látigo recuerda al animal las palizas en el trasero, la cabeza y las patas durante el entrenamiento. Así se consigue el miedo incesante, la aprehensión y la humillación para obedecer.

Se han dado casos de accidentes producidos en los circos como consecuencia del maltrato y las malas condiciones en que viven los animales. Estresados por el tipo de vida que llevan, totalmente ajeno a su hábitat natural, en ocasiones los animales pierden el control con la presencia del público, el volumen de la música durante las actuaciones, el destello de los focos y la reclusión. A menudo se les diagnostican úlceras gástricas provocadas por estas situaciones anormales. La falta de higiene, la acumulación de sus heces y la orina que permanecen durante tiempo en sus jaulas hace aumentar el número de parásitos y bacterias que conviven en las distintas instalaciones circenses.

Por ello, cuando los animales resultan heridos son muy difíciles de desinfectar y curar. Se sabe que quienes se dedican al mundo del circo, poseen, por lo general, pocos o escasos recursos económicos. Es común que la alimentación del animal, así como su bienestar tanto físico como psicológico deje mucho que desear. Lo mismo ocurre con las necesarias atenciones veterinarias.

Es de fundamental importancia la concienciación y el conocimiento de lo que ocurre y lo que significa la presencia de animales en los circos, y en especial, que lo sepan aquellos padres que, sin saberlo, llevan a sus hijos a pasar un rato feliz en un ambiente que por tradición y tiene que serlo. Pero mientras usted y su familia ríe, el animal que lo divierte está sufriendo cosas inimaginables, debemos estar concientes de que el único circo feliz, para todos, es el que no tiene animales.

Los animales de circo no han elegido ser sometidos para actuar en el mundo del espectáculo. Los circos, que merecen el mayor respeto por su antigüedad y tradición, deben evolucionar (al igual que los zoológicos) en este mundo cambiante hacia una nueva forma, que sin quitar la ilusión de los más pequeños, ofrezca una imagen centrada en las habilidades, el arte y la vistosidad de las artes humanas, evitando ya definitivamente, la presencia de cualquier clase de animal sobre todo si esto significa sacarlo de su hábitat, alejarlo de su familia y someterlo a crueldades todo el tiempo.

Cada vez que usted quiera ir a un circo con animales piense en que al comprar su entrada está propiciando que los animales sufran ya que mientras exista público que vaya a los circos con animales, estos existirán. Sólo si todos tomamos conciencia de que debemos cambiar la realidad de estos seres inocentes, acabarán esta terrible "tradición" si nadie comprara entradas para estos circos simplemente no existirían porque a los dueños no les significaría un "negocio redondo". Existen muchos circos sin animales que ofrecen un buen espectáculo y lo más importante, sin que en éste existan animales sufriendo encierro. Piénselo.

Tomado de www.animanaturalis.org


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